¿Es esto justo?: reflexión sobre la justicia y el sistema judicial en nuestros días
En un proceso judicial tenemos esquemáticamente una serie de partes entre las que se ventila el asunto, una que pide o acusa, otra que niega o se defiende y el juez que decide.
Sistemáticamente se olvida que aunque no presentes físicamente, en cada sala de justicia se deposita la mirada de una “tercera parte” que somos todos los ciudadanos que observamos lo que allí sucede.
Las sensaciones de estos terceros son especialmente relevantes puesto que va influir directamente en la percepción que se tenga de la justicia o de la injusticia, que no tiene que coincidir necesariamente con la de la víctima. Esta percepción trae consecuencias a medio y largo plazo en el sistema, puesto que va influir en el compromiso que estos terceros van a tener con las instituciones, sobre todo con el poder judicial y su colaboración futura con la Justicia.
En nuestro modelo de mundo de la información en tiempo real, y del efecto multiplicador y de altavoz que hacen las redes sociales, como Twiter, Facebook, etc. Supone que no se puede obviar al ciudadano, no se le puede apartar haciéndole sentir que nada tiene que hacer frente al sistema y que debe “padecer” el proceso.
Si la ciudadanía en general percibe como injustas actuaciones en los juzgados, que insistimos no tiene que ser en propia carne, como un trato desigual según quien sean los afectados, falta de sensibilidad con el ciudadano que acude a pedir amparo de los tribunales, carencia de explicaciones a quienes de buena fe dan su tiempo y esfuerzo para que la justicia haga su trabajo como los testigos y tienen que acudir a veces hasta tres, cuatro o cinco veces sin que se les de ni las gracias con esperas de horas cada vez.
Este ciudadano común, este Juan Nadie probablemente nunca vaya a intervenir para arreglar esa situación seguramente mire y calle. Pero las consecuencias a medio plazo son nefastas para el sistema de justicia. Es muy probable que en un futuro este ciudadano anónimo se cuide mucho de recurrir a la justicia, sentirá que el sistema no va a responder a sus necesidades ni le va a amparar en sus legítimas demandas. Si le añadimos las Tasas Judiciales no será que se está pretendiendo agilizar la justicia a costa de evitar que el ciudadano acuda a los tribunales. Desde nuestra modesta opinión creemos que es un camino totalmente equivocado.
